De las trincheras a las estrellas de Hollywood
Al principio, el trench, literalmente «abrigo de las trincheras», viste a los soldados de los dos conflictos
mundiales con su gabardina de algodón ligera e impermeable. En 1942, el actor Humphrey Bogart la lleva en Casablanca con cinturón,
aportando a esta vestimenta militar el toque elegante. La alemana Marlène Dietrich no tardará en utilizarla como
un elemento más de su atrevido vestuario masculino-femenino. A partir de entonces, el trench es unisex.
A pesar de su nacionalidad británica, el trench pasa a formar parte del clásico look a la francesa en el imaginario colectivo.
Una prenda atemporal
Como huella de su ilustre pasado, un trench digno de este nombre cuenta con trabillas en los hombros, así como tiras ajustables en los puños,
una hebilla en la cintura, diez botones cruzados, y un color característico (a menudo, beige claro).
Tan de moda ayer como hoy, el trench sigue siendo el abrigo de entretiempo perfecto: protege de la lluvia y del viento sin sacrificar el estilo.
Un clásico o nada
Naturalmente, el trench se ha adaptado a las tendencias, haciéndose fluido o cambiando de color.
Sin embargo, no hay nada como un trench clásico, especialmente en la primera compra. Es una prenda emblemática,
sobre todo en Comptoir des Cotonniers, que funciona como una inversión para transmitir de madres a hijas.
